Judith Butler (Revista CULT)
BRASIL-
Grupos conservadores han intentado censurar a Judith Butler en Brasil con el mismo discurso intolerante que recorre el continente: el género como peligro para la familia, los niños, el Estado, la humanidad, el universo.
Acusándola de promover una “ideología nefasta”, grupos conservadores brasileños reunieron más de 363.000 firmas en internet para cancelar conferencias de la filósofa estadounidense en Sao Paulo, mientras otros colectivos se organizaban para defender a la autora, referencia en el estudio de la teoría de género.
“¡Judith Butler no es bienvenida en Brasil! (…) Sus libros quieren hacernos creer que la identidad es variable y fruto de la cultura”, reclama la petición que en la tarde del lunes acumulaba 363.420 firmas en la plataforma digital CitizenGO.
“Me siento muy triste con todo esto, ya que la postura de odio y censura está basada en el miedo, miedo del cambio, miedo de dejar a los otros vivir de una manera diferente de la tuya. Pero es esa habilidad de vivir con la diferencia entre nosotros lo que va a sustentarnos a largo plazo”, afirmó la filósofa en declaraciones al diario O Estado de Sao Paulo.
Video de Judith Butler “¿Qué significa que el género es formativo?” https://youtu.be/O61gWMsJEOE
“Como en los tiempos de Galileo la censura religiosa vuelve a atacar a la ciencia. Como en los juicios de Salem, la paranoia de un grupo de extremistas cristianos ve al demonio en las mujeres y las minorías; antes eran las brujas, ahora es la “ideología de género”, nos dice el académico peruano Juan Fonseca.
Considera que la historia, en el sentido de Vico, tiene sus corsi y ricorsi, marchas y contramarchas. “Parece que estamos en el periodo de los ricorsi, de las vueltas y los retrocesos. Cuando creíamos que el pensamiento científico ya no necesitaba validarse o que los derechos humanos no necesitaban fundamentarse, tenemos que volver a hacerlo. Cuando el cristianismo al fin se estaba reconciliando con la ciencia, con los derechos humanos, con las minorías y con la democracia, reaparecen grupos extremistas que lo quieren devolver a tiempos medievales”.
“Pero no todo está perdido. A más contramarchas, hay que seguir marchando, con paso redoblado y sin responder al fanatismo con más fanatismo, sino con la razón y con respeto a la dignidad humana. Los extremistas no dejan de ser ciudadanos y tienen derechos, entre ellos, el de la educación”, enfatiza.