La lógica comercial de la economía amenaza el discurso de la justicia digital, dice líder de la iglesia alemana

El Dr. Heinrich Bedford-Strohm, obispo de la Iglesia Evangélica Luterana en Baviera y presidente del consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania da una plática en el simposio explorando los desafíos y las oportunidades para un futuro digital más justo. Fotografía: Albin Hillert/CMI

ALEMANIA-

Además de las peligrosas estructuras monopólicas en la economía digital, existe un peligro para la libertad y la justicia, cruciales para las democracias pluralistas en el mundo digital, dice el Dr. Heinrich Bedford-Strohm, obispo de la Iglesia Evangélica Luterana en Baviera. Bedford-Strohm también es presidente del consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania (EKD, por sus siglas en alemán) y fue orador principal en la apertura del simposio en la que abordó los desafíos y las oportunidades para un futuro digital más justo. El simposio se celebra en Berlín del 13 al 15 de septiembre y fue organizado con colaboración con la EKD.

“La lógica comercial de la economía digital y su poderoso efecto en las comunicaciones públicas y personales amenaza la estructura misma del discurso tan crucial para las sociedades democráticas. El hecho de que el Internet esté lleno de noticias falsas, discursos de odio, teorías de conspiración y contenido extremista no es coincidencia. Tiene una razón de ser”, dijo.

El histórico simposio ha sido organizado conjuntamente por el Consejo Mundial de Iglesias (CMI) y la Asociación Mundial para la Comunicación Cristiana (WACC, por sus siglas en inglés), y se concentrará en el impacto de la transformación digital en las comunidades y las sociedades.

Otros coorganizadores incluyen Brot für die Welt (Pan para el Mundo), Evangelische Mission Weltweit in Deutschland (Asociación de Iglesias y Misiones Protestantes en Alemania) y la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos. El simposio cuenta también con el apoyo del Gobierno Federal Alemán.

‘Atracción de usuarios extremos’

Bedford-Strohm advirtió que los estudios muestran que las plataformas como YouTube atraen rápidamente a los usuarios hacia contenido más extremo, incluso extremista, a través de sus algoritmos y recomendaciones.

“Las plataformas no evalúan el contenido político y no crean sus algoritmos de acuerdo el criterio de la verdad o de acuerdo con ciertos valores fundamentales, sino simplemente según su potencial de publicidad convertido en resultado económico”, dijo. “Si los contenidos más extremos generan la mayoría de las ganancias financieras, los algoritmos los impulsarán sin importar lo perjudiciales que puedan ser para la cultura democrática o la promoción de la dignidad humana”.

Las iglesias están “en el meollo” de las discusiones acerca de lo que puede venir y algunos ven la digitalización como la realización de una visión bíblica.

“Seguramente usted puede ver un pequeño espíritu pentecostal trayendo en su soplo las nuevas posibilidades del mundo digital y su modelo de comunicación no jerarquizado de todos-para-todos”, dijo Bedford-Strohm.

Relató el aparente “milagro de la comunicación” cuando se sentó con estudiantes en el Instituto Ecuménico en Bossey hace algunos años. Una joven mujer georgiana le mostró su aplicación de traducción, que mostraba simultáneamente lo que ella decía en georgiano en su idioma alemán.

“Sin embargo, hay algunas diferencias entre el milagro lingüístico pentecostal y el milagro lingüístico digital. Los algoritmos, que controlan gran parte de los mundos digitales, no han sido creados por Dios, sino por los humanos”, explicó Bedford-Strohm.

“Lo que parece en el foro digital no viene como el destino de la nada. Está guiado y controlado. Los responsables de este cambio tienen un número telefónico y una cuenta de correo electrónico”.

“Por lo tanto, lo que sucede en y con el mundo digital debe estar sujeto a una agencia humana consciente, que con suerte tendrá la guía del espíritu de Dios, pero aún así será resultado de la agencia humana”.

Dijo que los cristianos deben estar en línea dondequiera que puedan ayudar a mover al mundo hacia la reconciliación y la unidad.

“Pero esta presencia digital no es un fin en sí mismo, sino solo un instrumento. No estamos diciendo “existo en línea, por lo tanto, existo”, sino “estoy en Cristo, por lo tanto, existo. Y, honrando nuestra relacionalidad, decimos más precisamente “estamos en Cristo, por lo tanto, existimos”.

‘Una nueva realidad que no es tan nueva’

En respuesta a Bedford-Strohm, la Dr. Erin Green, investigadora belga canadiense y activista que trabaja en el área de la inteligencia artificial (IA), la democracia y la militarización de las tecnologías digitales, dijo que en sus estudios de IA “me ha sorprendido constantemente cómo lo nuevo realmente no es nuevo”.

“Cuando nos volvemos hacia las preguntas acerca de la justicia digital, encontramos en la tradición cristiana una profundidad increíble en la reflexión sobre la justicia racial, la justicia de género, la justicia ambiental , la justicia económica y mucho más, que podemos fácilmente aplicar a las cuestiones digitales” dijo Green.

“En vez de temer lo que no conocemos suficientemente de lo digital para expresar nuestra opinión como expertos, debemos reformular nuestra comprensión de la experiencia y tener confianza en que contamos con una riqueza increíble que ofrecer sobre lo que significa ser humano y vivir de manera justa en la red de la creación”.

La Dra. Sarah Macharia, administradora de medios de comunicación y justicia de género de la WACC, dijo en otra respuesta que “la digitalización aumentada como es ahora tiene como resultado una mayor exposición de las niñas y las mujeres al acoso sexualizado, la vigilancia, la provocación y el odio en línea. Todo ello se puede desbordar del mundo virtual al mundo físico donde vivimos”.

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