Despedirte, dando gracias porque tu vida se haya compartido con la nuestra. Adiós a José Aurelio Paz Jiménez

ARGENTINA-CUBA-

Claudia Florentin-

Muchas veces he sentido en las raíces de mi tierra ese lazo innegable que une a este pueblo en el sur del mundo, con la cálida isla caribeña. Tal vez el Che haya trazado por primera vez esa linea con sus viajes y luego la transitamos ida y vuelta tantas veces, tantos y tantas, con solidaridad, por amor, con curiosidad, por compromiso, con fe. Y hoy toca re andar ese camino de emociones mientras me embarga la tristeza y el agradecimiento, llantos y risas, para homenajear a un colega, amigo, hermano que partió hace horas y que ya nos deja un mundo de nostalgias.

El martes 14 nos golpeó el dolor que trae consigo esta pandemia que no cesa. Es que falleció a causa de un paro respiratorio producido por la COVID-19, el periodista cubano José Aurelio Paz Jimenez, “Turi”, el “Jopa”.

Corresponsal desde los primeros años de ALC Noticias y Editor de Centroamérica y Caribe desde el 2010 hasta el 2013.

Sobre su trayectoria, pues mereció los más importantes premios: el Juan Gualberto Gómez en dos ocasiones (1995 y 1997), el Enrique Núñez Rodríguez (2006), de crónicas sobre temas de cultura popular; el Premio Nacional de Periodismo cultural José Antonio de Castro (2009), con  la distinción Espejo de Paciencia y fue varias veces galardonado en el Concurso Nacional 26 de Julio, entre otros.

Pero desde ALC podemos decir que fue un colega que nos enseñó tanto, no desde teorías o palabreríos sino en práctica cotidiana de un periodismo comprometido con el pueblo, con la realidad; desde una fe vivida, caminada, dudada y reconfirmada sin falsos ornatos religiosos.

Un amigo que brindó sus letras, su corazón, su escucha para acompañar tiempos buenos y de los otros. Un hermano que deja tantos espacios vacíos pero que también nos hace elevar los ojos al cielo para decir ¡gracias por su inmensa vida!

Recopilamos algunos homenajes que nos hicieran llegar, de personas que fueron también parte de su vida.

El Consejo de Iglesias de Cuba dice: Turi, como fuera conocido por nosotros/as en espacios eclesiales y ecuménicos, deja también un genuino testimonio de fe y servicio a la iglesia cubana y al pueblo de Cuba.

Fiel a los principios del Ecumenismo, José Aurelio Paz coordinó importantes espacios en el Consejo de Iglesias de Cuba, destacándose su liderazgo en la renovación litúrgica para nuestras iglesias y al frente del Área de Comunicaciones de la Institución, alrededor de los años 2004 al 2012. Cristiano convencido, asumió el ejercicio del periodismo desde la certeza de su fe en la verdad y la justicia, como seguidor sencillo de Jesucristo. Damos gracias por su vida alegre y por las huellas que nos quedan, de su andar junto a nosotros. Nos acompañarán su música y sus letras afiladas, con cascabeles en la punta. Nos sacudirá por siempre su certeza en la vida.

Dejemos que su canto siga latiendo en lo más profundo de nuestro ser, como aquella melodía que nos invita a vivir felices con una canción en el corazón. Y añade trabajando se es feliz, como para alertarnos de que no se trata de una felicidad instalada más allá del mundo o de un aliciente que nos pueda inmovilizar ante nuestra tarea más urgente: trabajar, servir, alentar, transformar la realidad. ¡Que el testimonio de su alegría y su música nos inspiren siempre! afirma Amós López Rubio.

Quien crea que Jopa era una santo, pues no le conoció. Un hombre como él tenía la habilidad de decir las peores cosas con una sonrisa de oreja a oreja y con la serenidad de quien duerme a un bebé. Ese era él, de corazón grandísimo. El mejor cronista de Ciego de Ávila, de Invasor, de Cuba. Tal vez existan buenos, pero el título no se lo quita nadie. Cualquier persona veía una cosa y pasaba inadvertido. Bastaba que Jopa lo mirara, con esos ojos inmensos y lo “feo” se hacía poesía. Muchas veces me dijo: “niña a la vida se mira con ganas, sino no tiene sentido”. Yo creo que todo el mundo tiene algo que decir sobre él. Del escritor que estaba a punto de dar a luz un libro muy querido por el Centro Pablo de la Torriente Brau; del periodista “Paz con nadie” que no pocos problemas se buscó y otros amores alcanzó; del cristiano (no religioso) que hacía las mejores liturgias en la Iglesia Bautista Enmanuel Ciego de Ávila o del ecuménico empedernido; del músico que “las inventaba en el aire”, del fotógrafo agudo, nos cuenta Yuliet, periodista cubana de Voces Ecuménicas.

Luiz Vazquez Muñoz, periodista de Juventud Rebelde, lo retrata en una imperdible entrevista. Compartimos su respuesta ante la pregunta ¿es verdad que tú no sabes escribir una información?

— No es así… Bueno…, mira: lo que pasa es que yo no entiendo eso de la pirámide invertida. Sí, no te asombres, tampoco te rías. Por eso digo que soy un mal periodista. A mí no se me da armar un lead y escribir con eso del dato más importante al principio. No sé hacerlo o, mejor dicho, no me sale. Cuando empiezo a escribir así, enseguida aparece la otra manera de contar la noticia, como si fuera una historia, a inventar y por ahí me voy.

Es que tampoco entiendo mucho de esa cosa que llaman la objetividad periodística y el distanciamiento de los hechos. Después de tantas broncas, todavía me pregunto qué es la objetividad y si existe realmente. La respuesta que encuentro es que todo se vuelve relativo. La visión de los hechos en una persona es distinta a la de otra, pese a que ambas estuvieron en el mismo lugar. Aun cuando el periodista exponga sus sentimientos, lo más importante es ser honestos y no violar la ética.

Foto: de crónica desde Cuba, en una actividad del CIC, por supuesto, de José Aurelio

Descansa amigo. Descansa en el poder de ese Dios que predicaste con tu vida. Supongo que lo mereces. Pero manda para acá un poco de esperanza, un poco de consuelo porque no va a ser fácil continuar, sabiendo que ya no estás. Ojalá te quedaras un poco más. Tal vez, quien sabe y te encontremos pronto multiplicado en tus cantos, tu periodismo filoso y “macondiano”, tu fe sencilla y profunda. Tal vez, hermano, porque ya se te extraña José Aurelio Paz, se te extraña y duele, dice la pastora Dora Arce Valentín, pastora en La Habana.

Y yo te digo que como nadie comprendiste hace tiempo que este bucear para comunicar en mares ecuménicos no era tarea simple, que en mi tarea, el ser mujer ponía alarmas en tantos sitios y blindaje a muchas puertas.

Y por eso siempre estuviste para ayudar a abrir espacios generosos, Inclusivos, profesionales pero nunca recios.

La ternura fue la marca de tu esencia.

La irreverencia el ritmo de tus pasos

La belleza en su dimensión más humana, el motor de tu cámara.

La justicia y la paz, la tinta de tus crónicas y el amor a Cuba, el néctar de tus prosas.

Te despedimos desde esta Agencia que amaste, entre lágrimas y sonrisas, amigo, colega, hermano.

GRACIAS A DIOS PORQUE TU VIDA SE HAYA CRUZADO CON LA NUESTRA

Sus cenizas serán depositadas en el Parque de la Ciudad de Ciego de Ávila.

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