¿Deberían las iglesias ejercer más presión para combatir la falta de veracidad? Sí, dicen los expertos en justicia digital

Sesión del Club de Prensa con ponentes de diversos ámbitos sobre el tema “Instrumentos digitales, ¿bendición o maldición?”, que se llevó a cabo durante el Simposio internacional sobre Justicia social en la era digital, el 13 de septiembre de 2021. Foto: Albin Hillert/CMI

ALEMANIA-

Si la justicia social digital comienza con la conectividad, quizás termina al momento en que dicha conectividad es usurpada por regímenes opresivos, extremistas, noticias falsas y discursos de odio. En una conversación al estilo “club de prensa” celebrada el 13 de septiembre, teólogos, políticos, comunicadores eclesiásticos, activistas y periodistas de todo el mundo opinaron sobre la breve pero extremadamente compleja cuestión de los “instrumentos digitales: ¿bendición o maldición?”.

Al moderar el debate, la cientista política, Geraldine de Bastion, -cuyo trabajo se centra en la transformación digital y los derechos humanos- también planteó otras preguntas que suscitaron reflexiones desde perspectivas muy diferentes: ¿Qué estamos haciendo para proteger a los activistas? ¿Nos faltan relaciones interpersonales? ¿Cuáles son los efectos de la propagación del discurso de odio?

“Me gustaría argumentar que la justicia social comienza realmente con la conectividad”, dijo de Bastion, para iniciar la conversación.

Margit Stumpp, miembro del Bundestag alemán, estuvo de acuerdo. “La gente necesita un acceso fácil al hardware básico, al software y a una conexión a Internet para poder participar”, afirmó. “Debería ser algo común que los alumnos tuvieran acceso a herramientas digitales para poder participar. Esta es una cuestión primordial para los políticos”.

En Nigeria, donde gran parte de la sociedad no tiene acceso a ninguna red digital, el concepto de los derechos digitales es fundamental, dijo Felix Joseph Samari, responsable de comunicación de la Iglesia Luterana de Cristo en Nigeria, “porque si la gente no entiende los derechos que tiene, no habrá espacio para pedir siquiera que se respeten dichos derechos”.


Una herramienta poderosa y peligrosa

Cuando las personas tienen acceso a una red digital, tienen el potencial de utilizarla como herramienta para buscar la justicia, o para bloquear a quienes la buscan.

Desde una perspectiva teológica, la Dra. Angelique Walker-Smith, asociada principal para el compromiso de la Iglesia Panafricana y Ortodoxa en la organización Pan para el Mundo (EE.UU.), señaló que los medios digitales ayudan a que se escuche la voz de la gente de tal manera que provoque un giro en la dirección correcta en la lucha por los derechos humanos.

Los medios de comunicación digitales pueden servir como una manera de lanzar un llamado de atención muy doloroso al público en general. “El publico vio morir a George Floyd”, dijo Walker-Smith. “Eso fue gracias a que había una mujer joven allí que sacó su cámara y dijo: ‘Que vea todo el mudo, esto es lo que está pasando en nuestra comunidad'”

Sin embargo, señaló Samari, “esto significa que la plataforma digital que puede utilizarse para la justicia social también es temida por el gobierno o la institución que tiene el poder de controlarla”.

Arnaud Böhmann, un activista por el clima que ayuda a dirigir los Viernes por el futuro en Hamburgo, dijo que su movimiento no sería posible en absoluto sin los medios digitales. Pero comparte la preocupación de Samari por el hecho de que los activistas sean silenciados por personas o gobiernos que se enteran de lo que hacen, y luego los atacan a través de las redes digitales.

“No es la misma situación en todo el mundo”, dijo Böhmann. “Nos preguntamos: ¿qué hace falta para que nos convirtamos en el blanco de ataques de este tipo? ¿Es suficiente reunir a mil personas en la calle? ¿Dónde está el límite? Y eso es algo que realmente preocupa mucho”.

El periodista Holger Starck, quien participó en el equipo de investigación que descubrió la historia del software de espionaje Pegasus, ha llegado a considerar el control de las redes digitales como una especie de carrera armamentística. “Los movimientos sociales se alimentan de este tipo de herramientas”, dijo, “pero es de conocimiento público que todos los gobiernos tienen su propio interés en escuchar las conversaciones de otras personas”. 

Formular leyes para proteger los derechos de las personas en el mundo digital es un reto, dijo el político Stumpp. “Creo que se debe fortalecer este debate porque el próximo gobierno tendrá que decidir las normas, las leyes para proteger estos derechos civiles en el mundo digital”, dijo. “¿Cuál es el mínimo de expresión posible y cuál es el otro lado de la ley?”.

Oponerse al odio

¿Qué pasa con las noticias falsas y la incitación al odio? Las iglesias, y todas las personas de buena voluntad, deben luchar contra ellas, coincidió el grupo.

“Es muy importante que las iglesias ayuden a educar a la gente y les digan que lo que salta a la vista no siempre es cierto”, dijo Samari.

Esto significa, en parte, abogar por mejores leyes para proteger los espacios digitales, dijo Walker-Smith: “Sí, creo que la legislación es importante.”

Walker-Smith añadió que las iglesias y los individuos pueden marcar una diferencia significativa a la hora de frenar el discurso de incitación al odio. “Si es tu mejor amigo el que envía esta información, entonces tienes algo de influencia”, indicó.

Stumpp se mostró de acuerdo y añadió que ha visto de primera mano los graves efectos que el discurso de odio puede tener en las personas. “Las mujeres se ven muy afectadas por esto, y son el blanco de los ataques: mujeres periodistas, mujeres políticas. Discutimos mucho la línea que separa la legislación de la censura”, señaló.

De hecho, los discursos de odio dirigidos a las mujeres y a otras personas son una de las principales razones por las que, según Böhmann, su generación se ha desilusionado con Internet. “Muchos de nuestros activistas, especialmente las mujeres jóvenes, reciben una cantidad increíble de discursos de odio en línea”, dijo. “Cuando ves esos mensajes, cuando los lees, es el momento en el que piensas: ‘Tenemos que acabar con esto’. “

El grupo también estuvo de acuerdo en que es importante que las iglesias no se rindan.

“Hay que luchar con más fuerza”, instó Walker-Smith. “Hay que abogar con más fuerza. Tenemos que luchar contra las falsedades que afirman que la religiosidad ha dado la espalda para no apoyar los derechos humanos”.

Starck también animó a la gente a seguir trabajando por la justicia digital. ” Invito a todo el mundo a colaborar con esta causa, cada vez con más fuerza”, declaró. “El sentir esta presión de la calle es fundamental para el cambio político y el cambio de la sociedad”.
 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *