La justicia de género, incluidas salud y derechos sexuales y reproductivos, son prioridad para la Alianza ACT

ARGENTINA-

Las mujeres de las iglesias tenemos mucho para decir en favor de nuestros derechos y llegamos a espacios muy relevantes de incidencia global para hacerlo. Recientemente, la pastora Mariela Pereyra, Vicepresidenta de la Iglesia Evangélica Luterana Unida- IELU, representó a Acción Conjunta de las Iglesias (Alianza ACT) – ECOSOC en la  56° Sesión de la Comisión de Población y Desarrollo de Naciones Unidas, convocada este año 2023 bajo el lema ” Población, educación y desarrollo sustentable”.

La pastora Mariela hizo parte de la delegación de ACT Alliance, organización que representa a más de 135 iglesias y organizaciones relacionadas con iglesias cristianas protestantes y ortodoxas – OBF- trabajando juntas y en más de 120 países. 

La justicia de género, incluidas la salud y los derechos sexuales y reproductivos, son prioridad para la Alianza ACT.

La pastora Pereyra fue la encargada de dar lectura ante la asamblea de la Declaración de la Alianza, que copiamos a continuación:

Acción Conjunta de las Iglesias (Alianza ACT) – ECOSOC Declaración oral de la CPD56, a cargo de Mariela Pereyra, ACT Alliance 

Reconocemos la importancia de una resolución conjunta en la 56ª Comisión de Población y Desarrollo. Con el enfoque en Educación de este año, debemos afirmar que todas las personas, especialmente jóvenes, tienen derecho a la educación. Esto incluye el derecho a una educación sexual integral, que permite a niñas, niños y jóvenes desarrollar conocimientos, habilidades y valores positivos precisos y apropiados para su edad. Todas las personas deben tener la capacidad de decidir libre y responsablemente sobre sus vidas, incluida su sexualidad,  salud sexual y reproductiva, siendo libres de discriminación, coerción y violencia. El 84% de la población mundial se identifica como personas de fe, sin embargo, el potencial de los actores religiosos en toda su diversidad promocionando el Desarrollo Sostenible, a menudo no se reconoce. En cambio, la religión está siendo instrumentalizada, para crear polarización y resistencia al logro de los compromisos de la CIPD.

Estamos trabajando dentro de nuestras propias comunidades de fe para ampliar las teologías que afirman los derechos, transforman las normas sociales e invertimos en asociaciones para abordar las barreras estructurales y culturales, procurando la justicia reproductiva para todas las personas. 

Instamos a los Estados Miembros a: 1- Aplicar plenamente y garantizar que no haya regresión o excepción en el Programa de Acción completo de la CIPD y las declaraciones posteriores.2- Invertir en marcos de justicia sexual y de reproductiva. Tomar medidas específicas para eliminar  barreras estructurales, leyes discriminatorias y normas sociales que restringen las libertades fundamentales y la autonomía corporal.3- Proporcionar recursos a las asociaciones de múltiples partes interesadas, incluso con movimientos feministas y movimientos basados en la fe, para afirmar la salud y los derechos sexuales y reproductivos, incluyendo la educación sexual integral, y el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.4- Reafirmar y proteger plenamente los derechos humanos en las políticas de población, para garantizarlos en todas las personas, independientemente de dónde se encuentren en el mundo.5- Defender la integridad del sistema de las Naciones Unidas y participar en diálogos que se alejen de la polarización y se acerquen a la colaboración en beneficio de todos.

Fuente: SEDI

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