COP 28: ¿Se preocuparán por la Creación los líderes mundiales?

Por Mattias Söderberg

La cumbre climática de la ONU, COP28, apenas comienza. Durante las próximas dos semanas, líderes mundiales tomarán decisiones que afectarán nuestro futuro. Como cristianos/as, creemos que tenemos el deber de cuidar la Creación como debemos cuidar de nuestros vecinos y asegurarnos de que la esperanza se mantenga viva. Espero que las y los líderes mundiales compartan nuestras preocupaciones y que asuman la responsabilidad de garantizar que podamos gestionar la crisis climática que enfrentamos.   

Sin embargo, el liderazgo mundial no estará solo cuando se reúna en la cumbre sobre el clima en Dubai. La delegación ecuménica conjunta, que reúne a miembros del Consejo Mundial de Iglesias, la Federación Luterana Mundial y la Alianza ACT, se mantiene unida en un firme llamado a la justicia climática. Más de 50 delegados/as ecuménicos/as, incluidos liderazgo religioso, activistas, defensores políticos y comunicadores/as, seguirán de cerca la reunión. Plantearemos nuestras preocupaciones, colaboraremos con los responsables de la toma de decisiones y compartiremos nuestros llamados a la acción.  

En primer lugar, debemos poner fin al aumento de la temperatura global y reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero. Esto debe hacerse de manera justa para que logremos una transición justa. Eso significa que necesitamos una rápida eliminación de todos los combustibles fósiles, respaldada por financiación climática y una rápida ampliación de las energías renovables y las soluciones energéticamente eficientes. También requiere una mayor atención al acceso a la energía, para que nadie se quede atrás cuando el mundo dé un salto hacia un futuro verde y sostenible.   

En segundo lugar, necesitamos un enfoque drásticamente ampliado en la adaptación. El PNUMA ha documentado que la brecha de adaptación –la brecha entre los niveles actuales de esfuerzos de adaptación y la adaptación necesaria teniendo en cuenta los efectos del cambio climático– es mucho más de 300 mil millones de dólares por año. Actualmente, los países desarrollados ni siquiera están aportando 100.000 millones de dólares para financiación climática. Por tanto, es obvia la necesidad de prestar más atención a la adaptación.  

En tercer lugar, la falta de adaptación combinada con el aumento de las temperaturas globales conduce a desastres relacionados con el clima, a pérdidas y daños. El año pasado, en la COP27, las partes reconocieron este desafío y ahora es el momento de poner en funcionamiento el fondo para pérdidas y daños prometido. Si bien el fondo parece haber sido adoptado, ahora se debe prestar atención a llenarlo con financiación. Un fondo sin financiación tendrá un efecto limitado y, como delegación ecuménica, pedimos una financiación adecuada, predecible, nueva y adicional para pérdidas y daños. Esto debería ser tanto mediante asignaciones de los partidos como de fuentes nuevas e innovadoras basadas en el principio de que quien contamina paga.   

Por último, y de igual importancia, todas las actividades relacionadas con el clima deben implementarse de manera justa y equitativa, garantizando que la justicia climática se combine con la justicia de género. Como delegación ecuménica destacamos que no podemos lograr la justicia climática sin justicia de género. Este mensaje será una parte importante de nuestro compromiso durante las próximas semanas.  

Los líderes mundiales no deben volver a fallarnos. Necesitamos cuidar la creación, necesitamos acción climática y necesitamos un resultado ambicioso de esta cumbre.  

El autor es copresidente del Grupo de Referencia de Justicia Climática de la Alianza ACT y asesor principal de promoción de DanChurchAid.           

Nota de la Editora:

  • Del 30 de noviembre al 12 de diciembre próximo, se llevará a cabo en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) la cumbre climática más importante del año, la Conferencia de Partes (COP) de las Naciones Unidas para el Cambio Climático.
  • Este año, entre los temas principales a tratar, se encuentran la transición energética, la financiación climática, las soluciones basadas en la naturaleza y el balance mundial del Acuerdo de París.

Fuente: ACT Alianza

Traducción: Massimiliano Tron/ ALC Noticias 

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