Acción: Grupos religiosos marcharon hasta George Square en Glasgow el 30 de octubre de 2021, pidiendo justicia climática en vísperas de la COP26. Foto: Simon Chambers/ACT
Por Hanna Soldal y Sofie Ohlsson–
Hace un mes, nos sentamos en una sala con los embajadores climáticos de la Iglesia de Suecia. El grupo estaba formado por personas de distintas edades, de diferentes congregaciones y con diversos roles. Pero todos compartían la voluntad de ser parte activa de la hoja de ruta climática de la Iglesia Sueca.
Hablamos sobre la necesidad urgente de un cambio de valores dentro de nuestra iglesia, para que podamos realizar las actividades necesarias para disminuir nuestra huella de carbono y fortalecer nuestra voz por la justicia climática. Algunos sugirieron más servicios religiosos centrados en la emergencia climática. Otros destacaron el papel del clero al priorizar la Creación en sus sermones. Otra idea fue organizar grupos de discusión sobre el tema.
Entonces uno de los embajadores climáticos se puso de pie y dijo: “Se ha equivocado completamente. No cambiamos los valores mediante un sermón comprometido o mediante un grupo que habla de ello una vez más. ¡Los valores cambian a través de acciones concretas! Ganamos esperanza e influyemos en nuestros valores y en los de los demás al actuar realmente sobre la crisis climática”.
Con las palabras de este embajador climático queda muy claro lo que se necesita: ACCIÓN.
- Hay que eliminar progresivamente los combustibles fósiles.
- Las personas migrantes y defensores del clima necesitan una mayor protección.
- Los países ricos del mundo deben cumplir su compromiso de entregar 100.000 millones de dólares al año en financiación climática.
- Estos países también deben contribuir a la financiación de un fondo de pérdidas y daños para compensar a quienes ya se han visto afectados por la emergencia climática.
Todo esto debe suceder de manera justa e inclusiva. Los países ricos y con altas emisiones deben asumir su responsabilidad hacia los países más afectados y con menos emisiones. Se deben apoyar las acciones de adaptación lideradas localmente. Las mujeres, los jóvenes, las comunidades indígenas y locales deben tener influencia tanto en los procesos de toma de decisiones como en los de implementación.
Si las partes en la COP28 logran ponerse de acuerdo sobre estas necesidades urgentes, esto podría inspirar la acción climática a nivel mundial. De la misma manera, las acciones de las y los embajadores climáticos de la Iglesia Sueca pueden extenderse como ondas en el agua en sus contextos locales. Actuando ahora creamos esperanza y un cambio de valores y comportamiento a largo plazo. Juntos podemos crear esperanza en acción.
Hanna Soldal es responsable de defensa de Act Church of Swedish y Sofie Ohlsson es voluntaria juvenil y embajadora climática de Act Church of Suecia y de la Iglesia de Suecia para jóvenes.