Manifiesto de grupo evangélico pide perdón a familiares de Juliana Campoverde por el silencio ante su desaparición

 

ECUADOR-

El día de ayer, alrededor de 45 personas que participaron en el conversatorio “El caso Juliana: implicaciones y desafíos para la iglesia hoy” realizado en las instalaciones del Seminario Bautista del Ecuador, campus Guayaquil, firmaron un manifiesto en el que reconocen “que no siempre hemos actuado de forma coherente, pronta y oportuna a la luz de lo que el mensaje de Jesús y su evangelio nos demandan. En este caso, el silencio de gran parte de nuestra comunidad ha sido cómplice, ante ello pedimos perdón a los padres y familiares de Juliana. En muchas ocasiones, sea por indiferencia u omisión, hemos participado de prácticas de violencias que afectan a nuestros hermanos y hermanas, incluyendo a los más pequeños.”

La Declaración de solidaridad será entregada a la mamá de Juliana, la señora Elizabeth Rodríguez.

Para provocar el análisis y la reflexión se trataron tres ámbitos de implicaciones, con los siguientes invitados:

– La implicación de las prácticas de violencia en las iglesias, Psc. Tania Rada
– La implicación de los discursos teológicos, Ps. Ángel Manzo
– La implicación de los abusos del liderazgo religioso, Ps. Josué Rincón
– La implicación de una pastoral del cuidado, Ps. Parrish Jácome

Recordemos que recientemente una corte de la provincia de Pichincha condenó a 25 años de prisión a un pastor evangélico acusado de un delito de plagio con muerte a la joven ecuatoriana Juliana Campoverde, que desapareció hace siete años. La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que el pastor evangélico, identificado como Jonathan Carrillo, fue condenado a 25 años de “reclusión mayor especial” por un delito de plagio (secuestro extorsivo) con resultado de muerte de la joven, cuyo cadáver no ha sido encontrado todavía.

 

MANIFIESTO

Ante el caso Juliana Campoverde

Una expresión de la comunidad evangélica: hombres, mujeres y jóvenes, miembros de diversas iglesias cristianas evangélicas, sin distinción de cargos o títulos, solidarizados con el dolor que la desaparición de Juliana Campoverde deja, especialmente a sus familiares, expresamos:

Nuestro profundo rechazo al crimen cometido contra Juliana Campoverde por las personas implicadas, más cuando dicho delito se da en el marco de una comunidad evangélica. Nos sentimos involucrados y responsables, dentro de un sano sentido de comunidad, donde una parte del cuerpo es afectada, y las demás partes también lo son, en especial con las víctimas.

Nos unimos a la búsqueda y demanda de justicia, para que se pueda encontrar el cuerpo de Juliana, y las sentencias establecidas por la ley para los culpables.

Reconocemos que no siempre hemos actuado de forma coherente, pronta y oportuna a la luz de lo que el mensaje de Jesús y su evangelio nos demandan. En este caso, el silencio de gran parte de nuestra comunidad ha sido cómplice, ante ello pedimos perdón a los padres y familiares de Juliana. En muchas ocasiones, sea por indiferencia u omisión, hemos participado de prácticas de violencias que afectan a nuestros hermanos y hermanas, incluyendo a los más pequeños.

Aunque sabemos que nuestro pesar y tristeza no cambiará el dolor de los padres de Juliana porque su pérdida es irreparable, no por ello queremos dejar de expresar nuestra profunda solidaridad frente a lo que experimentan.

Nos comprometemos a que lo sucedo a Juliana se constituya en un signo de lo que puede ser la religión mal asumida, lo que rechazamos y denunciamos, porque no corresponde a la dignidad del evangelio y de nuestra fe. Buscaremos que el testimonio de Juliana, siga hablándonos de su bondad y las medidas que nuestras comunidades deben considerar para que este tipo de actos nunca más suceden dentro de una iglesia que profesa el amor a Dios y al prójimo.

Necesitamos despatriarcalizar las iglesias

Llaman a las iglesias a poner fin a abusos, maltratos y chantajes en las comunidades

 

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