Saludo del CMI con motivo de Pentecostés: “el Espíritu de Dios habla en voces maravillosamente distintas”

En un mensaje en el que envían saludos amistosos con motivo de Pentecostés, las y los presidentes del Consejo Mundial de Iglesias- CMI, en representación de las diversas regiones del mundo, oran para que todas las personas puedan conocer las bendiciones del Espíritu Santo y sentir la presencia de Dios.

Hechos 2:8

“¿Cómo, pues, oímos nosotros cada uno en nuestro idioma en que nacimos?”

Los presidentes del Consejo Mundial de Iglesias les enviamos saludos amistosos con ocasión de la fiesta de Pentecostés, un día en que celebramos la venida del Espíritu Santo a la iglesia. Es nuestra mayor esperanza y oración que, estén donde estén y sea cual sea su confesión o tradición, sus circunstancias o su lengua materna, puedan conocer las profundas bendiciones del Espíritu de Dios y sentir que está con ustedes.

La fe cristiana no tiene una lengua sagrada, pero desde el día de Pentecostés en Jerusalén, registrado en el libro de los Hechos, los cristianos han celebrado que el Evangelio se puede oír en muy diversas lenguas locales, en los idiomas que aprendemos de nuestros padres y en las comunidades que nos forman. La mejor manera de vivir, comunicar y proclamar la fe cristiana es en el lenguaje de nuestros corazones, nuestra primera lengua.

En esa multitud de gran diversidad cultural que se reunió para escuchar los sonidos del entusiasmo y la alegría de los discípulos, había personas de muchas partes del mundo, como señaló San Lucas. A veces se cree que esta es una historia en la que personas de muchos lugares de repente entendieron el mismo idioma. Pero lo que se narra aquí es que cada una de ellas oyó el Evangelio en su lengua materna. Es el mismo y único Evangelio, pero lo oyen en sus diversos idiomas locales. Ese es el milagro.

Hoy, la iglesia mundial tiene muchas lenguas locales, las oraciones se pronuncian en diversos idiomas y el anhelo de justicia y paz surge de contextos muy distintos. La diversidad lingüística de la iglesia, así como su diversidad en tantos otros aspectos, es amplia. PERO, al mismo tiempo, la unidad de la iglesia, arraigada en el Espíritu Santo, es profunda. El milagro radica en que esta rica diversidad y esta amorosa unidad pueden ir de la mano. Se trata de un don del Espíritu, un don que nuestro mundo dividido necesita urgentemente. El Espíritu de Dios habla en voces maravillosamente distintas, en nuestros propios idiomas, pero con todos nosotros crea una armonía de profunda unidad. La diversidad es un don del Espíritu al servicio de la unidad.

Este Pentecostés, celebremos la diversidad de la iglesia, del mundo y de toda la creación, así como la santidad del Espíritu que nos hace uno.

Las y los presidentes del Consejo Mundial de Iglesias

Arzobispo Dr. Rufus Okikiola OSITELU, de la Iglesia del Señor (Comunidad de Oración) en el Mundo

Rev. Dra. Henriette HUTABARAT-LEBANG, de la Iglesia Toraja

Obispo Philip WRIGHT, de la Iglesia en la Provincia de las Indias Occidentales

Rev. Dra. Susan DURBER, de la Iglesia Reformada Unida

Rev. Dra. Angelique Walker-Smith, de la Convención Nacional Bautista de los Estados Unidos de América

Rev. François PHIAATAE, de la Iglesia Protestante Maohi

S. S. ARAM I, catolicós de la Iglesia Apostólica Armenia (Santa Sede de Cilicia)

S. E. el metropolitano Dr. VASILIOS DE CONSTANTIA Y AMMOCHOSTOS, de la Iglesia de Chipre

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